LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Saturday, June 30, 2007

CONTINÚA LA DISCUSIÓN SOBRE NUESTRO CINE

Christian Wiener, ex miembro del CONACINE y también de otros gremios cinematográficos, contribuye al diálogo necesario sobre la situación de nuestro cine y nos envía un comentario lúcido y que merece una vitrina especial. Como anota al final, es verdad, en un momento nos acercamos a él para iniciar unas conversaciones más continuas y que se enfriaron por circunstancias especiales. Hoy, en un momento distinto, esperamos que podamos llevar a cabo todo lo que se nos está quedando pendiente.
*

Me parece muy bien y felicito a la gente de la cinefilia no es patriota por la iniciativa de impulsar una discusión seria y (espero) abierta sobre los problemas de fondo del cine peruano, la ley, el CONACINE, etc. Y saludo el texto bastante interesante de Carlos Fernández sobre la situación actual del cine nacional y algunas propuestas iniciales que ensaya para empezar a cambiar las cosas. Con algunas de las cuales concuerdo y otras, tengo reparos y discrepancias, que bien podríamos debatir de manera pública, franca, si se presenta la oportunidad.
Lamentablemente una de las peores cosas que ha venido a sucederle al ambiente cinematográfico nacional, como en otros ámbitos de nuestro país, es un creciente clima de desconfianza, intrigas, descalificación personal, adjetivaciones, ataque menudo y anónimos (como algunas descargas en este blog), además de la infaltable cuota de cinismo posmoderno; que expresan un innegable y entendible clima de frustración y resentimientos de muchos sectores –especialmente jóvenes- ante lo que sucede en nuestro cine a todo nivel; pero que ha terminado por invalidar cualquier posibilidad de conversación e intercambio de opiniones serias en el sector, reemplazándolo por los insultos, insinuaciones y calificativos que vienen convirtiendo al medio en un creciente dialogo de sordos y atrincheramiento de posiciones.
Por eso fue que se frustró la reunión de cineastas que propuso el año pasado Augusto Tamayo en Cinemaperú, y que muchos apoyamos e insistimos en ella. Pero no es cierto que todos la apoyaron. La SPIA, de la que forma parte el señor Fernández, se opuso públicamente a ella, y luego trato de matizar su posición, pero en el fondo, siendo un gremio, no hizo ni propicio nada para que fuera posible. Fue esta misma asociación, o sus directivos, quienes lanzaron una grave acusación contra ex directivos de CONACINE, acusándolos de supuestos actos corruptos en el caso IBERMEDIA. Y cuando la mesa directiva del CONACINE, de la que formaba parte el señor Fernández, tuvo que admitir tras larga espera que esos cargos eran infundados, de la SPIA no escuchamos ni siquiera una disculpa, como si de las honras de las personas se pudieran trajinar con impunidad, como en los tiempos de Montesinos.
Por mi parte, y nunca lo he ocultado, yo tengo discrepancias con muchos de los conceptos y planteamientos respecto a la “industria del audiovisual” de Jorge Delgado, y que refrenda Fernández; pero nunca he debatido insultando, descalificando a los que me precedieron por su edad u origen, ni con aires mesiánicos de tener la formula para salvar al cine nacional. Yo asumo mis responsabilidades, y lo que se hizo bien y mal cuando tuve la oportunidad de ocupar cargos directivos en el gremio y el CONACINE.
Soy consciente de que tal vez se pudo hacer mucho más, si también se hubiera tenido más apoyo y menos indiferencia de la gente, pero ahí esta lo hecho, y no me siento ni superior ni inferior a nadie por eso. En fin, no quiero seguir alargando más este comentario, y pido disculpas por las referencias personales, y nuevamente invito a retomar la idea de la reunión abierta y la discusión entre los cineastas, agremiados y no agremiados.
Fernando Vílchez no me desmentirá que hace un buen tiempo me sugirió para participar en una mesa de debate sobre el cine nacional y que le dije cuando gusten, que fijarán fecha y lugar. Pero otra vez, quedo en nada. Espero que ahora si se pueda llevar a cabo, al igual que la reunión.
Gracias por el espacio. Saludos,
Christian Wiener

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Friday, June 29, 2007

SOBRE EL DIAGNÓSTICO DEL CINE PERUANO


PARA AFINAR LA PUNTERÍA


A la memoria de Fabián Bielinsky,

a un año de su partida


Hace unos días se publicaron las opiniones del ex miembro de la Mesa Directiva del CONACINE, Carlos Fernández, acerca de su mirada sobre el cine peruano actual. Estas ideas son, aún, preliminares y Fernández seguramente las ampliará con el tiempo, ahora que se ha vuelto un integrante más de esta página. A la espera de mayores precisiones en sus conceptos, creo que vale la pena hacer algunos breves comentarios desde ahora. Si no ha leído el texto, lo encontrará dos textos más abajo o puede hacer click en la siguiente dirección:




En varios puntos, uno puede estar de acuerdo con él. Hace unos días acaba de realizarse otra premiación del CONACINE y llegan a mis oídos comentarios de algunos participantes: "Será para el siguiente premio". Lamentablemente, en este aspecto no hay ninguna variación. Las películas viven de ser elegidas por un jurado. A menos, claro, que sean financiadas por algún dudoso gentilhombre.


Sin embargo, las opiniones de Carlos nos pueden resultar extrañas a algunas personas que creemos que el paso más importante para que nuestra cinematografía empiece a tener una resonancia no individual, sino a nivel de conjunto, ese paso está centrado en la renovación de ideas, de lenguaje y de metas en los propios cineastas peruanos y no aspirando a un cine de género que, supuestamente, va a asegurar una taquilla que les permita, después, hacer su "cine de autor".


Si el cine más importante de nuestra región -el cine argentino- ha alcanzado la plataforma que hoy tiene, lo ha hecho, primero, por la capacidad de exploración y desenfado que sacudió en un momento determinado a los cineastas de ese país. Esto, desde luego, no es lo único que sucedió en ese país. La nueva generación argentina de entonces parte de una Escuela de Cine particular, con un Estado que tiene conciencia del cine como arte y difusor, con productores que arriesgan por proyectos lejos del esquema del "cine de género". Y, al mismo tiempo, seguían apareciendo películas argentinas de lo más accesible para cualquier público.


Sé que esta es, también, una mirada rápida para describir todo lo que sucedió en Argentina en esos años, pero sirve para darnos una idea y alcanzar la siguiente pregunta: ¿Qué hacer para que en nuestro cine nazca Lucrecia Martel, por un lado, y Daniel Burman, por el otro? O mejor, ¿cómo conseguir que aparezca en nuestro país un Fabián Bielinsky, conjunción inexplicable de ese "cine de género" y las obsesiones más personales?


No creo que la respuesta esté en lanzarse a pensar en lo que el público quiere. Eso está bien para ciertas empresas productoras y ciertos cineastas que sí buscan precisamente eso -y no hay en mis palabras una mirada por sobre el hombro a las personas que busquen hacer dinero de sus películas-. Si en caso alguien quiere hacer un cine personal o un cine de género (para nosotros, una contraposición, al parecer), que llegue a sus máximos límites al intentarlo. En lo que sí tiene razón Fernández es que ese cine de autor aún no llega a la profundidad que se requiere para tener una presencia mundial.


Si bien los grandes cineastas de la actualidad afirman que es el instinto lo que guía una filmación, hay que tener en cuenta un concepto claro de lo que se quiere hacer al involucrarse -por años- en un proyecto. Un concepto a nivel intelectual, existencial. Decidir que tu obra va a tratar sobre, por ejemplo, la opresión, o la soledad, o el tiempo, o el arte mismo. ¿Cuántos de nuestros cineastas pueden elegir un tema tan personal -y por eso mismo tan universal- y en esa línea ver qué manera de filmar le conviene al tema en cuestión?


Y, sin embargo, está la sensación de que nuestros cineastas pueden elegir hablar del amor, de la muerte, de la justicia social, de la infancia... y todo filmarlo de la misma manera. Recién, desde hace pocos años, existe un aún tímido deseo de vincular el tratamiento visual con el tema por desarrollar. Y, pensándolo bien, esto no creo que sea una única exigencia para aquél que quiera hacer un cine personal e intimista, sino para aquél que aspire a realizar la obra que desee.


Es cierto que si se crea una empresa que quiera dedicarse al cine, debe actuar con la seriedad de una empresa y hacer estudios de mercado y pensar en cómo agradar al público para, de esa manera, asegurar la producción de su siguiente obra y así no tener que vivir de la enseñanza o la publicidad. Creo que hay que saludar a quienes piensan de esa manera. Hay que recordarles, también, que existen otros aspectos por profundizar, más allá del mercado. Y esto va a ocurrir cuando, finalmente, una comunidad madura pueda sentarse a discutir sin cargas emocionales ni recelos en las espaldas.



Fernando Vílchez R.

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Thursday, June 28, 2007

AHORA, LA ÚLTIMA PELÍCULA DE MICHEL GONDRY






Después del éxito mundial que tuvo Eternal sunshine of the spotless mind, Michel Gondry estrenó el año pasado su último film La science des rêves. Desde Japón, nuestro cronista Armando Sakihara nos envía un escrito sobre esta película.


THE SCIENCE OF SLEEP

O CUAN LIBERADOR PUEDE SER EL CINE DE TU TRAUMA INFANTIL


La trama es sencilla. Stéphane (Gael Garcia Bernal), un chico mexicano-francés viaja a Francia para reunirse con su madre tras la muerte de su padre. El es un artista gráfico con más sueños de éxito que talento, un fabulador de fantasías, inventor de artefactos más lunáticos que prácticos, un ser atorado entre una infancia inacabada y una adultez incipiente. Ya en Francia conoce a Stéphanie (Charlotte Gainsbourg), su vecina, de la que llega a enamorarse.
Pero aquí está Michel Gondry para hacerlo todo más sabroso. Stephane tiene un programa televisivo -en donde entre otras cosas enseña cómo se preparan los sueños- , puede volar, retroceder el tiempo, agigantar sus manos, todo esto y más dentro de sus sueños que viven juntos y a veces revueltos con la realidad.
Stéphanie hace juguetes de trapo como hobby, Stéphane le propone hacer una película con sus juguetes partiendo de una idea de ella: un bosque encantado dentro de un bote de juguete con princesa y todo.
Gondry escribe y dirige esta película que este servidor ha encontrado tan encantadora que se le hace casi imposible escribir sobre ella sin terminar haciendo una elegía. Considerando la situación, lo único que se me ocurre es ennumerar las mejores escenas y momentos de este sueño hecho película.
1.- Stéphane sugiere celofán para el mar sobre el que navegará el bote. Stéphanie lanza copos de algodón al aire como inmejorables nubes mientras Stéphane busca la nota de piano precisa para mantenerlos flotando. Solo falta Bjork para redondear el acto.
2.- El pobre Stéphane tiene que resignarse a trabajar de tipografista y ver su talento y creatividad relegados. Entonces sus manos comienzan a crecer hasta ser enormes y convertirlo en un (aún más) torpe tipografista. ¿Nunca han sentido eso?
3.- Pero Stéphane tiene el programa de tv de sus sueños en donde enseña a preparar sueños, ve el futuro, lee el pensamiento, todo desde su encantador estudio de cartón con cámaras de cartón y equipamiento de cartón, trapos y cuerdas.
4.- La máquina inventada por Stéphane para avanzar o retroceder "un segundo" en el tiempo y la divertida demostración de su funcionamiento.
5.- La banda de Stéphane vestidos de gatos de peluche haciendo una versión bossa del tema After Hours de The Velvet Underground.
6.- El escape de Stéphane de la policía y la posterior persecución, todos en autos de cartón en un delirante y delicioso remedo a las películas policiales francesas.
La lista de momentos y detalles continúa y hay ciertamente en todos ellos un denominador común que lo es además para toda la película. Una cierta candidez, genuina y muy bien trabajada que finalmente es la cualidad que da personalidad a este film.


Michel Gondry ha explicado que la manera en la que Stéphane construye sus sueños en bloques muy sencillos tiene algo que ver con los programas infantiles que se hacían en los países comunistas. Mandaban mensajes muy simples a los niños pero lo hacían de una manera muy poética.

No ha sido hasta después de leer estas declaraciones de Gondry que recordé mi infancia setentera y aquel programa infantil del canal estatal -que probablemente solo yo debo recordar- llamado La Casa de Cartón por un poema de Martín Adán y cuya canción de presentación decía:

Abramos las ventanas de la casa de cartón

para ver un mundo nuevo que debe ser mejor

hay cuentos también hay cantos en la casa de cartón

para hacer un mundo nuevo que debe ser mejor

que debe ser mejor...

Está demás decir que el programa de poético tenía solo el origen del nombre, era aburrido y malo. Asumiré mi tan vívido recuerdo más a un trauma que a una experiencia entrañable y confío en que contarlo públicamente me ayudará a superarlo y tenerlo desde ahora solo como un mal sueño. Gracias Gondry.


Armando Sakihara
Otro texto sobre esta película:
La Cinefilia No Es Patriota

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Wednesday, June 27, 2007

LA ÚLTIMA PELÍCULA DE DAVID LYNCH






Muchas de las escenas que más adelante se mencionan, aparecen en este último trailer que ha venido circulando por Europa


Inland Empire (2006)


Gabriel Meseth es un cinéfilo como pocos. Puede tomarse unas vacaciones en Europa con viejas amistades, pero si se entera que en la sala de cine local están proyectando la última película de Lynch, de Von Trier o de Gondry, no solamente asistirá a la sala, sino llevará a toda su expedición con él. Enterados, de su situación privilegiada, conversamos con él para enterarnos un poco más de estos filmes que, posiblemente, jamás llegarán a nuestras salas.


Gabriel, ¿dónde tuviste oportunidad de ver Inland Empire?

Fue en una salita de Plaza España, en Madrid. Me reuní con compañeros del colegio en esa ciudad por unos días, a finales de febrero de este año, y una de esas tardes entramos a ver esta película. Fue una buena experiencia, aunque tuve que darle de codazos a uno de mis amigos.

¿Qué expectativas tenías con esta película?

Sí estoy satisfecho con Lynch, pero tampoco me pareció su mejor película. Primero había estado en París y toda la ciudad estaba repleta de los carteles de Inland Empire, entonces me llené de expectativas. Luego llegué a Barcelona y volví a ver los mismos carteles (milagro que no se tradujera el título). Había más carteles que en todo Estados Unidos, de hecho. Así que apenas pude, entré a verla.

¿Tres horas, no?

Sí, poco menos de tres horas, me parece.

Hay una afirmación consensual de que esta es la película más rara de Lynch y que es lo que él siempre quiso hacer, un trip absoluto.

Sabes que terminé de verla y entré a Internet para buscar respuestas sobre lo que había visto, y leí algo que me tranquilizó: la productora fue Studio Canal. Ésta le daba dinero a Lynch y él avanzaba y avanzaba, y cada vez que se reunían para ver el presupuesto, él decía: “No tengo ni la menor idea de lo que estoy haciendo”. Entonces, naturalmente, Studio Canal soltaba más plata todavía.

Pero sí, creo que debe ser su película más extraña. En la primera media hora todo aparece muy normal, aunque con la típica atmósfera Lynch. Y uno piensa que en lo que se viene podría existir una suerte de narrativa, como la tiene a su manera Mulholland Drive, que sí tiene una historia (muy coherente, por cierto). Sin embargo, no ocurre lo mismo con Inland Empire.

¿Cuál es el argumento de la película?

La cuento brevemente. Empieza con Jeremy Irons como un cineasta que está filmando una película en Hollywood, y Laura Dern con Justin Theroux actúan en ese rodaje. Al parecer es un romance… y de ahí ya no entiendes un carajo. De la nada hay una escena en que los dos actores están manteniendo relaciones sexuales y empiezan a asumir las personalidades de sus personajes y, luego, ya no sabes qué pasa.

Cada vez la película se vuelve más oscura. Hay una advertencia de que esto va a pasar, porque a los pocos minutos del inicio hay una pitonisa, una vieja extrañísima que entra a la mansión de Laura Dern, la mira y le advierte sobre el papel que está por aceptar. Le dice algo que la deja a Dern en una pieza. Después, todo es un misterio irresoluble.




¿Las escenas que siguen son inconexas?

Se sienten inconexas, pero creo que ya depende de la lectura que cada uno le dé. De pronto Laura Dern ya no está en Hollywood, sino en Europa del Este, hablando con un inspector, y en eso salen nueve prostitutas que se ponen a bailar ‘Locomotion’. Después hay una parrillada con quince rumanos. Después, la aparición de los conejos.

Hay una escena en donde todo está oscuro y aparece una luz. La imagen es borrosa y tú percibes a Laura Dern corriendo hacia la cámara, en cámara lenta. Cada vez se acerca más hasta tener el rostro a la altura de la cámara, y entonces lanza un grito muy agresivo. Realmente desesperado y desesperante. Luego pasa a otra escena que no tiene nada que ver con la anterior, y sigue así.

Por un lado, en las películas se suele presentar ambientes caóticos pero de manera planificada. Quizás la idea de Lynch es representar el caos de manera espontánea y es por eso que él diga que no sabe lo que está haciendo.

Pero creo que esta vez sí no sabía lo que hacía. Y, sin embargo, le salió bien. La verdad que sí, porque considero la sensación que deja cada momento. Parecen registros de performances. Como si cada escena fuera la grabación de un happening, trabajado en digital.

Hay una escena rarísima en un hotel. Está oscuro y la cámara está paseando por los cuartos y de pronto aparece un monstruo. Uno de esos monstruos de Lynch, que te hacen recordar a alguna escena en The Shining, por lo que definitivamente te quedas con la sensación de que es una película de terror. Termina siendo muy perturbador.


No sé, ¿qué más quieren saber?

El final.

Bueno, el final… El final me pareció una cagada, si es que comprendí un poquito de lo incomprensible. Pero Laura Dern tiene algo de esperanzador. Me acuerdo que a lo largo de la película hay una mujer viendo televisión todo el día –o toda la noche, no sé, porque era una habitación oscura–. Y esta mujer lloraba siempre. Ve estos sitcoms protagonizados por conejos antropomorfos, y de pronto suena el timbre. Entonces se escuchan risas.

Al final, Laura Dern entra con una pistola a este cuarto, ve a este monstruo que es como un payaso que bota algo como sangre coagulada de la boca, y, tras vencerlo, encuentra a la mujer y se abrazan. Ahí es donde hay una conexión con Mulholland Drive, quizá. Y al final todo termina en una fiesta, todos bailando, incluso con un monito como el del parque Kennedy. Aparecen los créditos y ya, termina así. Pero es un happy end que me dejó muy insatisfecho, a decir verdad.

¿No traiciona el resto de la película que es tan oscura, al parecer?

No lo sé. Hasta cierto punto, es un camino que no te lleva a nada. De todas maneras, por Lynch, no me hago ningún problema.

¿Con qué otras películas de Lynch puede encajar Inland Empire?

Si hay que relacionarla, sería con Lost Highway y Mulholland Drive.

Si Mulholland Drive llegó a las salas de Lima, quizá Inland Empire llegue también.

No creo. No veo ningún distribuidor que pueda interesarse. Hay que esperar que la traiga el Festival, nomás.

¿Qué Festival?

El Festival Ver o no Ver, pues. (risas)

Respecto a la actuación de Laura Dern, creo que es como esa escena en Wild at Heart, donde se entera de que el tipo la traiciona y pone una cara horrible. ¿Es la cara horrible de Laura Dern toda la película?

Además tiene los rasgos más marcados ahora. Es muy expresiva y además está muy emotiva. Es un animalito. Y manteniendo una altísima intensidad. Probablemente sea la mejor actuación femenina que he visto desde Uma Thurman en Kill Bill.

¿Cómo fue la reacción general del público, de tus amigos, de los que estuvieron alrededor?

La típica reacción fue “¿Qué fue esto?”. Pero, al final, la conclusión fue buena, como una película que está bien realizada. Ninguno se quejó. Ninguno pidió sus seis euros de vuelta.

¿Y tú, como joven crítico de cine, los pudiste confortar espiritualmente?

Pues, la verdad, no. Y no soy crítico de cine.

Lynch más de una vez ha mostrado su desprecio por las historias y, al parecer, se ha atrevido más que nunca en este film a poner las sensaciones sobre la historia.

¿Qué mejor que eso, no? Además, ¿por qué le vamos a exigir una historia a Lynch?


(MCC y FVR)

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Tuesday, June 26, 2007

CINE PERUANO: UN DIAGNÓSTICO



Damos la bienvenida a Carlos Fernández, docente cinematográfico y ex miembro de la Mesa Directiva de CONACINE, quien a partir de esta semana expondrá los temas que urgen discutir dada la situación del cine peruano. Empieza en esta ocasión, con una mirada global sobre distintos puntos que pueden incomodar a más de una persona, pero que seguramente originará alguna saludable discusión.



LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA



* * *


Nuestra situación


La situación de la producción de películas en el Perú sigue exactamente igual a años atrás. Solamente si tienes dinero, haces tu película. No hay una infraestructura que le permita a una persona con un proyecto bajo el brazo realizar un largometraje.

Esto corresponde al letargo en el que estamos: los gremios no funcionan y el CONACINE es simplemente un organizador de concursos. Todo lo que el año pasado se ha estado discutiendo -una Mesa Redonda entre cineastas, plantear proyectos para una nueva Ley del Cine-, todo ha quedado en el aire y las consecuencias son visibles: ¿cuántos largos se han estrenado este año? Ninguno. Y también se ha reducido el número de los largos en producción.

Lo lamentable es que estamos en un letargo sin tener por qué estarlo. El Perú tendría que tener ya una industria cinematográfica porque tiene ventajas comparativas sobre otros países de América Latina. A pesar de eso, nuestro cine, lamentablemente, descansa en IBERMEDIA, en los concursos de CONACINE. Es decir, no se sostiene en sí mismo.



Líderes

No hay liderazgo. Los referentes del cine nacional, es decir, los cineastas que tienen una actividad más o menos continua y han logrado éxitos principalmente afuera, no han tenido el liderazgo de ir delante de un movimiento que conduzca a la institucionalización de una industria cinematográfica. Cada uno ahora está en su proyecto personal, intentando un cine de autor que, bueno, está muy bien buscarlo.

Desde luego, a algunas personas, a quienes les ha ido bien en el cine, tampoco les interesa mucho promover esta industria. Es como un comerciante que se pregunta “si yo estoy vendiendo jarrones a un sol, ¿para qué voy a ayudar al resto? ¿para que mis precios bajen?”

Nadie quiere arriesgar. El que ya tiene un nombre porque ha ganado algún premio, no se va a arriesgar a hacer un tipo de películas diferente al que ha hecho, porque le puede ir mal y su nombre se cae. Y el que al principio arriesgó y ganó, ahora ya no quiere arriesgar porque ahora ya no se puede perder.

Lamentablemente, el cine en el Perú es visto como un arte, como un lenguaje y nada más. No es visto como una industria. Esta mirada implica un liderazgo que ni los cineastas ni el CONACINE han podido alcanzar. Al final, todo queda en lo mismo, es decir, intentos individuales.



Comunidad Cinematográfica

En el registro de CONACINE están inscritas unas 200 empresas. Y entre técnicos, productores, artistas y directores, más o menos unas 500 personas. Pero cada vez que hay elecciones –hechas vía correo electrónico además- no participa ni la cuarta parte. Es una muestra clara de que no existe consenso gremial, no existe una idea de comunidad cinematográfica.

Un proyecto se realiza mediante planes y objetivos. Nuestra comunidad –si existe- no ha sido capaz de sentarse en una mesa y plantear una modificación a corto, mediado y largo plazo. Por ejemplo, decidirse y decir “el próximo año nos comprometemos, haremos lo posible para estrenar ocho largos, sí o sí. ¿Quién tiene posibilidades de conseguir el dinero?” Y buscar entre varios los operadores económicos, o sea, la gente que está conectada a los mercados de inversión. Eso no existe. Nunca se han planteado metas comunes y, en ese caso, una vez más, solamente el que tiene dinero hace su película. O el que gana el concurso.

Las empresas cinematográficas no viven del cine, sino de la publicidad, lo cual es extraño. Si creas una empresa debes tener en mente el objetivo natural de una empresa: dar un servicio y, a cambio, ganar dinero. ¿Cuántas empresas cinematográficas viven de hacer largos? Puedes contarlas con una mano y te sobran dedos.

Además, es increíble que las productoras busquen asociarse con otras empresas de afuera y no con las mismas empresas peruanas. Obviamente se hace porque es más fácil postular a un cupo de IBERMEDIA, ¡pero no todas las películas van a postular a IBERMEDIA! Acá hay productoras que están muy bien equipadas. Tienen todo. Hay técnicos muy buenos que han trabajado en Cuba, en Hollywood, en Brasil. No hay problema en eso. Entonces, ¿por qué no asociarnos? ¿Por qué no se juntan las productoras más importantes? La única sociedad que recuerdo fue la de Francisco Lombardi con Augusto Tamayo en La fuga del chacal. Fue bastante exitosa. Luego, no ha ocurrido nuevamente.

A propósito, el año pasado en Cinemaperú hubo un enfrentamiento terrible, lo que demostró que no existe ningún tipo de unidad. No hay un concepto de qué es lo que queremos como grupo. Cuando Augusto Tamayo lanzó su idea de reunión de cineastas, todo el mundo dijo que sí. Ha pasado medio año y a nadie le interesó que no se haya dado.

Nuestros Cineastas

Nuestro cine es un cine que gana premios pero no gana taquilla. Se habla de los más de cuarenta premios que ha tenido nuestro cine en el mundo, pero ¿cuántas de esas películas han obtenido una taquilla decente? ¡Y eso es lo que retroalimenta el cine! A muchos les revolverá el estómago leer esto, pero lo cierto es que no existe ninguna cinematografía importante –ni la francesa, ni la iraní, ni la húngara- que no responda a la taquilla. Es la taquilla la que te permite, finalmente, que puedas dedicarte a hacer más películas de autor, de manera más libre, más artística, y sin tener que someterte a dictados políticos como los de IBERMEDIA.

(No digo que no exista transparencia en estos concursos, sino que nunca me va a constar que todos los proyectos que han sido apoyados por IBERMEDIA han sido de verdad los mejores. Siempre hay manejos políticos en la mesa.)

Supongamos que, de acuerdo, sigamos adelante con el cine de autor. Al menos que se hagan buenas películas de autor, ¿no? Por lo visto hasta ahora en nuestro país, es un cine muy mediocre. Yo no he visto en los últimos diez o quince años una película que se equipare ni a Bergman ni a Jodorowski ni a cualquier nombre mayor o menor que puedas mencionar. ¿Para eso quieren ser “autores”?

Y luego se reúnen dos veces al año para hablar de cine. Se dicen muchas cosas cuando se discute sobre el cine nacional, pero nadie dice la palabra clave: mercado. Nadie habla de eso.

Yo no digo que uno no deba hacer cine de autor. Pero, ¿no hay cineastas y productores que quieran hacer cine comercial? Muchos de mis alumnos se preguntan el por qué de no intentar hacer cine de terror, de acción, comedias románticas. Repetir el vano intento del cine de autor no ha funcionado. No lo digo porque a mí me parezca o me guste esa situación, sino por lo que opina gran cantidad de personas: las películas peruanas son malas.

Así que dentro de esta mirada, hay una responsabilidad del cineasta. En el Perú no basta con pensar “es la película que yo quiero hacer y haré lo que me dé la gana”. No. Existen responsabilidades con la comunidad y con la sociedad. Porque acá, en el Perú, hay tantas carencias que tú te vuelves el líder de un grupo y les estás dando trabajo a varios y estás siendo portador de una voz importante y te vuelves cronista de tu sociedad. Eso hay que asumirlo. Y el cine comercial también pertenece a un movimiento, también tiene una ideología, también puede estar inmerso en una corriente filosófica. Hay películas comerciales que son excelentes, así como no todo el cine de autor es bueno (algunas son terribles).



Planificación

Cuando tú le preguntas a la gente de cine: ¿por qué tenemos estos problemas?, te pueden hablar de cualquier cosa, menos de lo principal, que es cómo generar dinero para hacer más películas y poder vivir de este trabajo.

Para poder hacer dinero tú tienes que hacer un trabajo de mercado. Si tú observas a los artesanos, ellos saben perfectamente los gustos de sus clientes y saben cuánto se vendió el año pasado. ¿Alguna empresa cinematográfica ha contratado a una encuestadora para que pregunte por la calle cuáles son los gustos de la gente? ¿Le han preguntado al público qué películas quisieran que se hiciera? ¿Si les gusta su cine o no y por qué? Nunca la comunidad se ha tomado el trabajo de contratar a Apoyo, por ejemplo, para saber dónde estamos parados.

Si yo soy productor o empresario no puedo producir sin saber cuál es mi mercado. Para eso necesito conocer cuál es mi gente. Si no conozco los gustos de mis espectadores, voy a realizar una película según lo que a mí me gusta o lo que yo creo que va a gustar. Y luego, historia conocida, viene el fracaso.



Otras carencias

Tampoco hay productores. ¿Cuántas personas en la comunidad se dedican a conseguir dinero para las producciones? Las puedes contar con la mano también: Garrido Lecca, Carbajal, Pinky, Nathalie Hendrickx . Punto. Cuatro personas para doscientas empresas.

También necesitamos operadores políticos. Es decir, personas que estén metidas en los partidos políticos y se preocupen por cimentar un espacio desde arriba. Es por eso que a CONACINE nadie le hace caso en el gobierno y nos siguen dando un presupuesto irrisorio. Si no hay nadie en los partidos, todo seguirá igual pues ya sabemos que al gobierno de turno le va a importar muy poco nuestra situación. No hay nadie en el Parlamento que hable de cine siquiera.

También hay una evidente carencia en los guiones. En el Perú existen tantos temas que no se tocan y que es exigido por un mercado amplio. Por ejemplo, preguntémonos: ¿Por qué nos conocen afuera? La respuesta es obvia. La siguiente pregunta sería: ¿Cuántas películas sobre los incas se han hecho en el Perú? Las personas más famosas del mundo vienen al Perú, pero no a Lima, sino a Cuzco, porque hay una fijación con nuestra cultura inca. Hay que revisar qué nos interesa a nosotros y qué le interesa al extranjero de nosotros. Uno ve una película china y sale fascinado, sea un drama o una película de acción. Y es por su calidad y también porque explotan lo que es de ellos y que no es de nadie más. En ese sentido, preguntémonos, ¿qué es lo que es estrictamente nuestro y de nadie más? Responder eso es bien fácil. Y, sin embargo, a nadie se le ocurre hacer una película sobre ello.

Por último, para crear el movimiento que nuestro cine necesita, la prensa cinematográfica también es importante. Lamentablemente, acá la prensa es muy light. Se supone que son personas que gustan del cine, pero no hacen sino discutir películas con una lectura convencional y a nadie se le ocurre poner los principales temas en discusión. Y, la verdad, no se puede ser tan conservador en una situación como la nuestra. Además, ¿qué es lo que se trata de conservar?



CONACINE

Creo que debe haber algunos ajustes en la estructura del CONACINE. En la Mesa Directiva debería estar un miembro de la Cancillería. Ya está probado que el cine es un negocio de exportación y es un negocio de imagen, y en otros países la Cancillería participa activamente de esto. Perfectamente podría ocurrir lo mismo en nuestro país.

Tampoco hay nadie de prensa en el CONACINE. Uno de los asientos debería, creo yo, estar destinado a alguien de este rubro, dado que la prensa tiene canales de comunicación y da luces sobre por dónde se puede ir. Además, ya es hora que hagan algo también.

Además debería haber cambios en los períodos. Los directivos son elegidos por un año y muchas veces ocurre que se pasa el primer semestre aprendiendo cómo funciona el CONACINE y el segundo semestre no te da chance de avanzar todo lo que uno quisiera. Creo que el período debería aumentarse a dos años.




PRIMERAS CONCLUSIONES

Lo que nos está pasando en el cine es lo que nos pasa en el fútbol. Tenemos buenos futbolistas y siempre quedamos últimos. Aquí tenemos cineastas que ganan premio, pero que no hacen taquilla. Necesitamos una mirada global, un trabajo de equipo. si nos fijamos los aspectos individualmente, el panorama no parece tan terrible, ¿no? Hasta nos lo pueden pintar bien. Pero echemos una mirada amplia y notamos que todo es medio desolador.

Para el nacimiento de este cine no podemos alegrarnos con hacer un cine sesgado, hecho a espaldas de su propio público. ¿Cuándo es que los novelistas latinoamericanos empezaron a ser conocidos a nivel mundial? Cuando escribieron novelas de cara a su gente. Cuando García Márquez, Octavio Paz, Vargas Llosa y los demás escribieron sobre su propia gente y sus realidades, ahí es que conquistaron Europa y al resto del mundo.

Me preocupa que habiendo tantos temas por discutir y por reclamar, no hayan reuniones de discusión. Yo comprendo que una persona puede estar dedicada a su proyecto a tiempo completo, pero la comunidad cinematográfica son más de quinientas personas. No todos tienen proyectos pendientes.

Desde luego, todo esto depende de la lectura que uno tenga, de qué significa el cine para ti, de qué significa tu profesión para ti. Pero acá a nuestros cineastas les gusta mucho la idea de ser artistas pero no les interesa la idea de ser empresarios, y por eso nuestro cine termina siendo un cine artesanal, que se hace con los dientes, a pesar de estar ya en una era de globalización.

Hacemos películas para agradar a la gente de afuera, de los festivales, pero no lo hacemos pensando en la gente de adentro, los que nos van a brindar la posibilidad de continuar con nuestra actividad. Es sabido que, mientras más éxito tengas en tu país, mayor interés vas a causar afuera. Hay que pensar también en eso.


Carlos Fernández

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Monday, June 25, 2007

CRÓNICA SOBRE UN CINE CLUB INFERNAL (o invernal)



AVISO A LA COMUNIDAD



Por mi mala suerte, asistí el fin de semana al cine club del CONSEJO DE LA PRENSA PERUANA, ubicada en la calle Los Ángeles 211, Miraflores, pero mi mala suerte no radica en la película que pasaron, sino en la (des)organización de dicho evento. Mi manía por asistir quince minutos antes a cualquier lugar se excedió, puesto que llegué al lugar 20 minutos antes. Me recibió una chica muy amable que una de las primeras frases que me dijo fue: si gusta puede regresar. Mi sorpresa comenzó ahí. Decidí no irme, sino esperar ahí. Cuando me disponía a entrar y ver las instalaciones, la señorita nos dijo: La donación es de 5 soles. ¡Qué! Pensé yo. ¿No era entrada libre? Según el aviso que publicaron en el diario Peru21 el día viernes 22 de junio, la proyección era gratis. Mi problema no es si me pidieron 5 ó 10 soles de donación o colaboración, pero no entiendo por qué salió publicado “ingreso libre” si al final te van a pedir plata. ¿No les parece una falta de respeto? Y la noche recién empieza.


Una vez que pagué mis dos entradas, la señorita que “ya no me parecía tan amable”, nos dijo que pasáramos y que la proyección sería en el patio que estaba en la parte de al fondo de la casa. Entramos, mi enamorada y yo, y decidimos sentarnos en una banquita de cemento que estaba pegada a la pared. Cuando nos dimos cuenta, había sólo tapetes de paja en el jardín, en medio un proyector y la imagen proyectada en la pared. Me pregunté: ¿tengo que sentarme en el suelo? Mientras reflexionaba sobre mi posición a la hora de ver la película, el frío ya lo empezaba a sentir en mis pies, mis piernas, mis brazos y mi cara. Y sólo había estado 20 minutos.


Ya eran las 8pm, hora en que se suponía debería de empezar la película. Bueno, dijimos, seguro esperarán que lleguen algunas personas más. Conversamos un poco y de pronto se acerca otra señorita ofreciéndonos café. Hasta el momento, las incomodidades estaban cubiertas por una taza de café. Por lo menos. Y los minutos seguían pasando y conversábamos acerca de la vida, del amor y de mil cosas.


Los minutos avanzaron. Ya era 8:30pm. Mi desesperación empezaba a inquietar mi mente y mi mente a mi cuerpo. Ya no sólo estaba congelado, sino que se me había acabado el café y ya llevaba esperando 50 minutos. Decidí preguntarle a la señorita que me trajo el café a qué hora iba a empezar la película. Me dijo que como esto no era un “museo”, (por qué metió a un museo, no lo sé, pudo meter a una sala de cine comercial aunque sea) esto no era formal y que mientras se proyectan los video arte (me olvidé, también hubieron dos “video arte” pero sobre eso ya les contaré después) la gente iba a estar tomando su café y que al final iban a pasar la película. Mi pregunta siguiente fue: Bueno, y entonces, a qué hora empezará, ¿a las nueve? (de manera burlona y cachosa) y mi sorpresa fue su respuesta libre y desinteresada: Sí, ayer empezamos como a las nueve mas o menos, mientras iba llegando la gente y todo eso.



Asentí de manera atónita y enfurecida. Tenía que esperar media hora más. De haberlo sabido, hubiese ido a mi casa, tomaba un lonche y regresaba pero bueno, decidí quedarme para ver hasta dónde iba todo este asunto. Pero ya en este punto de la historia, mis huesos estaban fríos, mi mente caliente, y mi enamorada congelada también. ¡Qué falta de respeto! ¡Qué impotencia!
Y los minutos seguían pasando. Ya los minutos se hacían más y más lentos cada vez. La temperatura iba bajando y mi paciencia evaporándose. Llegó la hora crucial. Las 9pm. Qué hacer ahora. ¿Irme después de haber esperado una hora y veinte minutos? ¡No! Tenía que verla. Es en estas circunstancias en que la obsesión y el respeto a uno mismo se distorsionan. ¿Quién esperaría una hora y veinte minutos para irse y no haber logrado su objetivo? Bueno, mi decisión fue seguir y quedarme.
Fueron entonces las 9:30pm. Así es querido lector. Habían pasado ya una hora con cincuenta minutos desde que había llegado a ese sitio. De pronto escuché una voz que me decía: ya va a empezar los “video arte”. Pero antes que me invite a sentarme en el jardín, estos videos habían estado proyectándose una y otra vez sin que nadie nos avise. Pero bueno, nos sentamos y empezamos a ver los videos. Ningún comentario sobre estos. Repitieron los videos dos veces. No soportaba la paciencia de los “organizadores”. Había estado esperando casi dos horas y todavía repetían los video arte, que de video tenían mucho y de arte, sin comentarios.
Hora: 9:45pm. Empezó Japón de Reygadas. Pero mis sentido se habían casi opacado por el frío. Me temblaban las piernas y los brazos pero mis ojos sólo veían esa pieza de arte magistral de Carlitos. Si no fuese por este director y por ésta película, todo este sufrimiento hubiese sido mucho más doloroso. Ah, me olvidaba de un espectador arácnido que, trepándose por la pared, parecía que quería introducirse en los parajes de “Japón” porque por momentos, aparecía en el écran-pared, (DISTRAIA para ser más precisos). Fin.
Resumen:
* En el aviso del diario decía: Ingreso Libre y me cobraron 5 soles.
* No habían sillas y tuvimos que sentarnos en el suelo.
* Esperé una hora y cuarenta y cinco minutos para que empiece la película, a pesar que la hora en el diario y ratificado por la señorita que me atendió era a las 8pm y no 9:45pm.
* La proyección NO fue en un lugar cerrado, fue al “aire libre” y el “frío” podría ser contraproducente para cualquier ser humano (¿será por eso que al final de la película quedó sólo la mitad de espectadores-valientes?)
* SIN MENCIONAR LA BULLA DE CONVERSACIONES, CELULARES, ETC.
QUÉ FALTA DE RESPETO PARA UN CIUDADANO COMÚN Y CORRIENTE QUE LO ÚNICO QUE QUISO FUE QUERER VER UNA PELÍCULA. LO DIGO PORQUE YO TAMBIÉN SOY RESPONSABLE DE UN CINE CLUB Y NO ME PARECE QUE ENGAÑEN A LA GENTE DICIENDO COSAS QUE NO CUMPLIRÁN.
Y qué pena que este evento penoso haya tenido que suceder dentro de un organismo que justamente sirve como difusor de cultura mediática (El “CONSEJO DE LA PRENSA PERUANA” es una asociación que agrupa a los principales medios del país) y que no le tenga el más mínimo respeto a la comunidad.
Mi sugerencia es: NO ASISTAN A ESE CINE CLUB, Y SI QUIEREN IR, TOMEN SUS PRECAUCIONES, PERO MEJOR, AHORRENSE LAS INCOMODIDADES.
PACO PULIDO SPELUCIN

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Sunday, June 24, 2007

CINEASTA PERUANO EN EL FESTIVAL DE LOCARNO


En Suiza reinó el amor fraternal
durante quinientos años de paz y democracia;
¿y qué produjeron? ¡El reloj cucú!
Orson Welles, en El tercer hombre
Suiza. País de chocolates, relojes, cruz roja, navajas de boy scout y cuentas de ex presidentes. Suiza también cuenta con uno de los festivales de cine más importantes en Europa, el Festival de Locarno, que llega a su Edición 60.
En esta ocasión, en su sección Back in Locarno, estarán asistiendo cineastas que lograron en este Festival el gran impulso que necesitaban para convertirse en cineastas reconocidos en la actualidad. Ellos presentarán los films que luego se convertirían en clásicos y, tras la proyección, los discutirán con el público asistente. Se ha confirmado la presencia de Marco Bellocchio (I pugni in tasca, 1965), István Szabó (Age of Illusions, 1965), Raul Ruiz (Tres tristes tigres, 1969), Marco Tullio Giordana (Maledetti vi amerò, 1980) y Catherine Breillat (36 Fillette, 1988).
La fama de este Festival es conocida, y según la información de su página, desde su aparición en 1946, "Locarno siempre ha impulsado el descubrimiento de nuevos cineastas y de cinematografías emergentes. Jugó un rol prominente en el inicio del Neorrealismo Italiano así como en la Nouvelle Vague, en el cine de Europa del Este en los 60 y en la quinta generación de cineastas chinos. Recientemente, el Festival ha cobijado el nuevo cinema iraní y la joven vanguardia Argentina."
Incluso desde sus primeros cortometrajes, han aparecido en Locarno nombres como Roberto Rossellini, Claude Chabrol, Stanley Kubrick, Jacques Rivette, Paul Verhoeven, Milos Forman, Lucian Pintilie, Alain Tanner, Edward Yang, Fredi M. Murer, Alexander Sokurov, Abbas Kiarostami, Spike Lee, Hou Hsiao-hsien y otros.
¿A cuento de qué nos emocionamos?
A que este años la sección Open Doors ha seleccionado algunos proyectos del Cinémafondation y del BAL, y dentro de los proyectos seleccionados se encuentra el largometraje Las Cenizas, del peruano Raúl del Busto, cineasta que además colabora eventualmente con esta página, lo cual, naturalmente nos alegra.
Más información en:

LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

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Saturday, June 23, 2007

WHERE IS MY MIND?, by PIXIES (H´s songs)

Surfer Rosa (1988) se llamó el disco que Kurt Cobain eligió como el mejor disco de los ochenta. El nombre de la banda: Pixies. Uno de los temas más sonados del disco: Bone Machine. El otro: Where is my mind?

De la película Fight Club, el tema de este fin de semana.

LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

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Friday, June 22, 2007

CRÓNICA DEL MES: JUNIO


Estimado:


Termina el día del padre y la ciudad huele a parrillada con vino tinto. Por estos lares, te cuento, nadie, ni una buena almita de Dios ha tocado a mi puerta. Nadie me ha enviado tampoco una timbrada misia. Nobody / anybody. Ni siquiera el señor que vende escobas llamó a mi puerta. ¿Por qué? Elemental, mi querido Junior. Por un lado, no soy padre (de hecho, no soy padre por ningún lado). Por el otro, mi timbre no funciona. Lo que deprimiría a cualquiera, siempre termina animándome. Así que, listo. Nadie interrumpe y me hago un tiempo para escribirte.
Estar haciendo entrevistas durante meses me ha dejado una tara enorme: empiezo cada conversación llenando de preguntas inútiles a mi acompañante. Esta vez paso. No es que no esté lleno de dudas. Quisiera saber desde hoy, por ejemplo, cómo te llamarás, en qué país nacerás, qué música te gustará. Sé que serás el rey de la casa y, con un poco de esfuerzo, de la cuadra, pero no sé si nacerás con ojeras y no tengo ni idea de cuántos corazones vas a romper. ¿Cuántas bicicletas tendrás? ¿Te gustará el fútbol? ¿Me saludarás siempre con un beso en el cachete? ¿En qué momento empezarás a desconfiar de mí? ¿Me sacarás dinero de la billetera sin que lo note?
Como ves, preguntas sobran. Al término de este fantasioso día espero tener alguna respuesta más o menos clara que pueda contribuir a la amable charla que nos espera cuando me apuntes con el arma de la insolencia y me preguntes, rabioso, por qué demonios te tuve que educar de esa manera. Verás…
No creas que por ganar algún diploma en el colegio te volverás el rey de la casa. Frena tu coche: para entonces, no habrá premio que tus pundonorosos padres no hayan ganado, así que por ese lado no te emociones mucho. Tu diploma por el primer puesto en un concurso de ortografía es un diploma, nada más, nada menos. Pero seguramente serás mejor que yo en otras cosas. Hablarás el francés mejor que yo. No olvidarás tan rápido todas las variantes ajedrecísticas de la apertura inglesa. No dejarás a la mitad las clases de piano, de escultura y de marinera norteña. Habrás visto más películas que yo, habrás leído más comics que yo, habrás hecho más amigos que yo. Y en tus ratos libres serás diagramador de sistemas computarizados que yo jamás entenderé (este blog te parecerá obsoleto, aunque te cuento que hoy mismo ya lo es). Y, sin embargo, habrá áreas en las que, por más empeño que pongas, no me superarás. Mi papa a la huancaína es imbatible, por ejemplo.
Difícilmente te castigaré. El papel del policía malo se lo dejaré a tu madre. Seguramente te dejará sin postre –si hemos preparado arroz con leche, cuídate: te castigaremos por cualquier cosa-. Luego de haber sido enviado a tu cuarto a estudiar, abriré desde afuera la ventana de tu habitación y te lanzaré una soga. Bajarás sigiloso y nos escaparemos corriendo a la bodega más cercana (no te preocupes, petiso, tendré tu pequeño abrigo a la mano, verás que pienso en todo). Ahí, tú te tomarás una gaseosa con harta azúcar y yo, una cerveza light.
Pero no seamos malos con tu madre. Ella irá siempre a tus actuaciones, a tus ceremonias escolares del día del campesino, cuando te pongan poncho y sombrero y harás de revolucionario –nada de tatuajes del Che Guevara, por favor-. Cuando grites ¡La tierra para el que la trabaja!, verás en primera fila, sonriente, a tu madre. Seguro que te parecerá la mujer más burguesa de la ciudad pero hay que entenderla. Les tomaré una foto bonita y nos burlaremos de ella toda la semana. Pero para que no se resienta, le dejaré la opción de que te enseñe todas las películas del tipo La sociedad de los poetas muertos, Good Will Hunting o Finding Forrester -de esa manera, ella quedará como una mujer comprensiva, juvenil y todo eso; con el paso de las horas, ya entenderás, me conviene-.
A los siete años, durante tus vacaciones, te llevaré a conocer a todas las personas que significaron algo para mí. La lista es larga, pero prepararemos desde temprano muchos panes con atún y saldremos en búsqueda de esos alunados seres. A los caballeros, les darás la mano. A las mujeres, un besito en la mejilla. A algunas cuantas –te haré una señal-, dos besitos. Si te dicen que puedes pasar a jugar con sus hijos, resiste y hazme compañía hasta que zafemos de ahí con la frente en alto. Es difícil de explicar, pero para ese tipo de reencuentros hace falta apoyo emocional. Y si no eres tú, ¿quién entonces? (verás, tu mamá no debe enterarse jamás de esas visitas).
No intentaré hablarte de “temas serios” haciéndote ver una película para luego, en la cena, conversar sobre el tema. Si tengo que hablarte de sexo, no te pondré Kids. Si tengo que hablarte de drogas, no te pondré Requiem for a dream. La verdad, no te hablaré de sexo. Para eso tendremos internet y te mandaré a tu correo algún link interesante. Tampoco te hablaré de drogas. Quizás, te confieso, las probemos juntos alguna vez. Esa idea no le agradará a tu mamá, lo sé, pero la convenceremos y ella también las probará (y descubriremos que la muy pícara sabía más de drogas que tú, yo y toda la cuadra junta). Pero te las voy a prohibir. Será de las pocas actividades que te prohibiré, al menos hasta que te mudes. Y ya que estamos en el tema, desde ahora quedas prohibido de ver el show del dinosaurio Barney. Si te gusta el show de Barney, sabré que algo salió mal en mi rol como padre.
Tu vida será una película sensacional. Y si no lo es, la editaré de manera que parezca que sí lo fue. Te grabaré desde que nazcas. Pensándolo mejor, te grabaré desde que la noche de tu concepción (¡mira si me pongo eufemístico con esas frasecitas!) Tengo unas trescientas fenomenales historias esperando por ti, para ser contadas entre tus cinco y ocho años, en intervalos de cuatro días. Y cuando se nos acaben, te daré trescientos guiones de cortometrajes que tengo ahí tirados en algún cajón. Por ahí y te animas a sacar una película más joven incluso que la niña Makhmalbaf y ganas en Locarno a los ocho años. Por ahí y el cine te importa tanto como las calorías que puede tener una pastilla Centrum. Bah, siempre quedará la música para que la medianoche nos encuentre saltando y bailando encima del sofá.
De todas maneras, tarde o temprano te picará el vil insecto de la escritura. Probarás escribiendo algún cuento sensiblero. Normal, nomás. Lo sensiblero no está mal, siempre que no pases los quince años. Caso contrario, fíjate en Subiela. O peor, fíjate en mí. Para que no te sientas mal, mira, te cuento cómo era la primera historia que escribí, el primer guión inédito, el primer corto fallido. No recuerdo por qué no lo hice. Por falta de tiempo, de dinero, de equipo, de contactos. Quizá fue por nervios, por inexperiencia, por timidez. Al menos eso pensaba antes. Ahora creo que fue por desánimo. Dejando las excusas de un lado, te la cuento ahora, para que veas que todos tenemos malos ratos:
*
EXT. CALLE - MADRUGADA
Está oscuro. En la calle, un niño rebusca entre las bolsas de basura. Su madre hace lo propio en la esquina contigua. Por lo que recogen, entendemos que su negocio es el papel y el cartón. Dejan todo lo demás (en este universo cada individuo tiene su especialidad). Este niño es inexpresivo. Hace su trabajo con mayor rapidez que la madre. En un paquete encuentra una caja de rompecabezas, con la tapa media rota, como si le hubieran arrancado muy fuerte el scotch. Lee: 100 Piezas. Voltea a mirar a su mamá: Al diablo, decide armarlo. Al poco rato, la madre cruza la calle hacia él. Sin terminar el rompecabezas, el niño junta las piezas, las mete en la caja y guarda todo en su maletín: alrededor suyo aún hay varias bolsas vacías, falta mucho trabajo para ponerse a descansar.
EXT. DEPÓSITO - AMANECER
Seis de la mañana. Estamos en las afueras de un depósito. La calle es terrosa. La madre conversa con un hombre mientras un joven va pesando los papeles y cartones que madre e hijo han recolectado. Comparado al de la madre o del joven, el rostro del niño está completamente despierto, con la mente en otro lado.
INT. CASA DEL NIÑO - MAÑANA
Es una vivienda pequeña. Al ingresar, la mujer se mete al baño para lavarse. El niño saca el rompecabezas. Algunas fichas resbalan. Sobre su cama, empieza a armarlo. Al poco rato ya tiene tres grandes partes formadas por separado. Desde el baño, la madre le dice que se vaya a acostar. El niño se apura. La madre sale del baño y se acerca a él:
"¿Qué es eso?" El niño no responde. La madre pregunta: "¿Estaba en la basura?" El niño asiente. La madre, sin mayor emoción, se sienta en la cama y ayuda a completarlo. Al cabo de un rato advierten que, en efecto, están todas las piezas.
La imagen del rompecabezas completo es bonita: es un avión de guerra. El niño mira a la madre y dice con firmeza: "Está completo". La madre dice "Qué bueno... Entonces lo podemos vender". El niño mira de nuevo la imagen y dice, siempre inexpresivo: "Sí… vender".
Pantalla a negro. FIN.
*
Diablos, ¿ya lo leíste? ¿Qué fue eso? Parecía el cuento de un estudiante que acababa de salir de su clase de Realidad Social. Qué tal moralina. ¿Quién me juraba? ¿Un pequeño De Sica? ¡Por Dios! Como sea, era un ejemplo, nada más, listo para ser regalado al primer incauto. No seas tan malvado. Tú también tendrás tus traspiés. No hagas como yo. No compartas solamente las malas historias. Obsequia las buenas también. No creas en el copyright. No hagas dieta. No te burles de los chancones. No olvides reírte de ti. No te tomes todo tan en serio. No te vuelvas crítico antes de tiempo. No te vuelvas crítico nunca.
Mientras sigo planeando todo lo que haremos juntos, mientras sigo pensando cómo decirte que, lástima, yo también te castigaré alguna vez, mientras sigo buscando por el planeta entero a la que será tu madre… mientras, mi querido heredero, mientras me iré entrenando nada menos que con tu primo, el yanqui, cuyo nacimiento acaba de ser anunciado a toda la familia vía internet.
Mi hermana va a ser madre y tus abuelos están contentos con la noticia. Sobre todo mi papá. ¡Va a ser abuelo, caray! ...y yo tío, doble caray. Para celebrarlo, se están yendo a una playa paradisíaca y luego buscarán por todo el estado de Florida, USA, un restaurante peruano donde ordenar unos sazonados lomos saltados y tres pisco sours.
¿Lo ves, petiso? Somos una familia chévere.
ODNANREF

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Wednesday, June 20, 2007

CINEASTA ¿Y ESCRITOR?


Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude.
Orson Welles

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Monday, June 18, 2007

FELLINI: "No voy casi nunca al cine"



Escena de Ocho y Medio.



Durante bastante tiempo, Federico Fellini iba acumulando escritos, ensayos, documentos, entrevistas, todo sobre su escritorio, casi a pesar suyo. Unos editores listos lo convencieron de ordenarlos y publicar así el libro Fellini por Fellini.


El día de hoy, nosotros empezamos a mostrarles varios fragmentos del libro y, quizás, con un poco de suerte y tiempo, terminaremos tipeando todo el libro en esta página. Que lo disfruten.



LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA



A veces soporto bastante bien las entrevistas.

Me ocurre que hablo de buen grado, incluso demasiado. Me exaspero después cuando releo lo que he escrito y encuentro todo un poco estúpido. Juro que será la última vez, pero luego hago lo mismo porque no sé decir no. Me gustaría establecer un catálogo de respuestas preparadas. Diría a los periodistas, que además siempre preguntan lo mismo: “Miren la respuesta No. 2005”.

Realmente estoy cansado de entrevistas. Cuando respondo a las preguntas, me veo como un oráculo... Idiota.



Soy un mentiroso, pero sincero.

Me reprochan no contar siempre de la misma manera la misma historia. Pero esto sucede porque me invento desde el principio toda la historia, y encuentro que repetirme es aburrido para mí y poco amable para los demás.

Me gusta estar a solas conmigo mismo, reflexionar.

Pero únicamente sé estar solo rodeado de gente. No puedo reflexionar adecuadamente si no estoy acosado, ajetreado, lleno de dificultades, con asuntos que solucionar, problemas que resolver, fieras que domesticar. Todo eso me reconforta, me pone en condiciones.

No siempre ha sido así. Antes de empezar a dirigir, encontraba espantosa la idea de tener que crear con tal estruendo. Me sentía un escritor que quisiese escribir en la calle, en medio de la muchedumbre: hay un mirón que se asoma por encima de tu hombre para ver lo que has escrito, otro que aprovecha uno de tus momentos de concentración para quitarle el lápiz o el papel, un tercero que te grita de manera obsesionante algo al oído. Este era el tipo de temores que tenía al principio. Y ahora he llegado a tal punto que no puedo hacer nada si no hay alrededor mío una bienhechora confusión.

Leo preferentemente historietas gráficas, actas de procesos, libros de historia, ensayos, a veces poemas, rara vez novelas.

No voy casi nunca al cine.

A veces entro en uno, veo un trozo de película y luego me salgo. No oigo jamás la radio. Ni miro nunca la televisión. No he visto en toda mi vida un partido de fútbol.

No me gustan las recepciones. No me gusta la conversación. Sólo me aburro cuando me veo obligado a estar con gente a la que no conozco, intercambiando palabras inútiles.

Nunca puedo estar tranquilo.

Tengo que desplazarme continuamente. Me gusta ir en automóvil. Así es como veo frecuentemente a mis amigos: circulamos juntos por la ciudad. Me gusta ver aparecer y desaparecer las imágenes por la ventanilla mientras hablo.

Salgo todas las mañanas de mi casa a las ocho. Cuando no trabajo, me gusta vagar por Roma todo el día.

No soy coleccionista.

Doy, abandono, pierdo mis libros. Rompo todo lo que no me parece interesante y también lo que me lo parece pero ya conozco. Me gustaría tener en mi casa el menor número de cosas posibles.

No soy ambicioso.

No todo el mundo comparte esta opinión conmigo, pero afirmo que soy tímido. Siempre me asombra que pueda ser director. Antes me sentía incapaz de imponerme, de dirigir a los otros y a mí mismo. No he elegido ser cineasta; es el cine quien me ha elegido.



Federico Fellini Barbiani

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Sunday, June 17, 2007

UN REGALO POR EL DÍA DEL PADRE






Si tú eres padre, o eres hijo, o eres espíritu santo, te gustará el regalo que ha preparado tu página favorita.



Dicen que a las chicas bonitas se les regala chocolates, y a las feas, libros. No importa. Un libro nunca está demás. Sobre todo si es un libro como éste.



El cine según Hitchcock, es decir, el resultado de todas las conversaciones que, durante años, el buen Truffaut tuvo con sir Hitchcock.
Un libro bueno, bonito y barato que La cinefilia... con placer paterno te mandará a tu correo.
Escríbenos al correo lacinefilianoespatriota@yahoo.com con la palabra clave: "alcachofa" y te lo enviaremos ipso facto.
LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

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Thursday, June 14, 2007

MEMORIAS DE ANTONIA: Una mirada femenina omnipresente

Memorias de Antonia
recordando el pasado y re-imaginando el presente


La película nos introduce de golpe, antes de que aparezcan los títulos, al último día en la vida de Antonia. Vemos a una mujer de cabello blanco, acostada en la cama, aparentando la quietud de la muerte o, tal vez, la serenidad de haber llevado una vida plena. Al mismo tiempo, la voz de una narradora externa y omnisciente anuncia que se trata de Antonia y que ella sabe que éste es el día en que morirá, el día en que “el milagro de la muerte” la abrazará. Una vez que se levanta, la propia Antonia dice, “Ya, es hora de morir”. Así, desde un primer momento, hay un efecto desestabilizador que abre las ventanas a lo mágico (de saber exactamente cuándo se va a morir) y a la contraposición de lo esperado (horror, negación o rechazo hacia la muerte) con una mirada y voz femeninas que perciben y relatan la muerte como si se tratara de un evento significativo y milagroso, pero libre de cargas negativas.
Retrocediendo en el tiempo hasta el momento en que Antonia y su hija adolescente, Danielle, regresan al pueblo holandés donde nació Antonia, vemos algunos rastros de la segunda guerra mundial, que acaba de terminar. En primer lugar, las dos mujeres pasan delante de una pared donde está escrito en grandes letras: “Bienvenidos [o bienvenidas, no hay género en el original en inglés] nuestros[as] libertadores[as]”. A su lado, hay un edificio semi-derruido, con un forado que podría haber sido provocado por una bomba.



Las palabras escritas en la pared, aparentemente haciendo alusión a la liberación de la ocupación nazi por las fuerzas aliadas, conlleva también el subtexto de otro tipo de liberación, la de la ocupación patriarcal de los cuerpos y deseos de las mujeres, y a las dos recién llegadas, como sus posibles libertadoras. Continuando su camino, pasan al lado de un jeep militar abandonado, que yace tirado al borde del camino. Sin embargo, éste es un pequeño rastro de la guerra casi obliterado por el paisaje de verdes campos que se abre ante ellas y que ocupa la mayor parte de la pantalla. Así, la película se ubica en el plano realista del período de post-guerra, pero sin detenerse en ello y, sobre todo, sin melodramas.
La inserción de elementos mágicos e inesperados en este contexto histórico ubican la película dentro del realismo mágico, definido por Achitenel como: “…una corriente literaria cuyos rasgos principales son la desgarradura de la realidad por una acción fantástica descrita de un modo realista dentro de la narrativa”.1
Otro ejemplo es cuando la narradora nos explica que “Antonia vino para enterrar a la madre [Allegonda], pero ella aún estaba viva”…. y no sólo viva, sino, despotricando hasta el último suspiro contra su difunto marido, un mujeriego empedernido. Luego, durante su misa fúnebre, Allegonda, como empujada por un resorte, se sienta muy erguida en su féretro mostrando una sonrisa socarrona, y empieza a cantar a viva voz una estrofa de “My blue heaven” (Mi cielo azul) de Frank Sinatra. Ante esta irrupción irreverente, nada menos que por parte de una mujer ya muerta, la imagen de un Cristo crucificado levanta la cabeza, y a continuación, Antonia comenta: “Es todo una basura, pero así son las cosas”. Como señala Achitenel, “El realismo mágico invita al lector a menospreciar lo real, a apreciar lo milagroso y a despreciar lo histórico”.2


La mágica exageración subvierte de manera paródica las normas convencionales, re-creando la realidad misma y dando a Allegonda una salida airosa. Al mismo tiempo, se burla de la iglesia católica que sobrevive por encima de diversas formas de violencia, algunas provocadas por la propia iglesia. Nos enteramos, por ejemplo, que el cura del pueblo se negó a dar los últimos sacramentos a uno de sus fieles porque había albergado a un judío durante la guerra. De otro lado, el personaje conocido como Loca Madona lanza aullidos cada vez que hay luna llena porque la iglesia católica prohíbe su unión con su vecino protestante. “Ah, las monjas”, comenta Antonia, “Aún no se extinguieron”.
Otro delicioso momento mágico es insertado cuando años más tarde, Danielle conoce a Lara, la maestra de su hija. El flechazo es inmediato y, parodiando el amor romántico a primera vista, Danielle percibe a Lara como Venus, la diosa del amor, según la representó Botticelli en el “Nacimiento de Venus”, surgiendo de una enorme concha.


Esta extravagancia remece los cimientos del orden establecido, más aún porque aborda el amor entre dos mujeres, y nos catapulta a una realidad mágica donde toda convención puede ser interrogada y subvertida. En esta nueva realidad, la relación entre Danielle y Lara que se inicia a partir de ese momento no es presentada como una experiencia problemática, separada o distinta a las otras relaciones que se van creando a lo largo de la película. La fluidez con que se representa esta relación lésbica es un signo alentador de la cinematografía feminista de Marleen Gorris.

Cabe añadir también que la elección de la Venus de Botticelli es especialmente significativa, pues el contenido pagano del lienzo original era claramente contra-corriente, en tanto fue creado en un lugar y tiempo (Florencia, c. 1485) cuando la mayoría de obras de arte representaban temas católicos romanos. Este lienzo escapó de ser destruida en las hogueras del religioso florentino Savonarola, donde ardieron varios otros trabajos de Botticelli con influencia pagana.
A pesar de su abierta crítica a la iglesia, Antonia continúa asistiendo a misa, pues, a fin de cuentas, es uno de los lugares donde el pueblo se encuentra y donde sus experiencias son públicamente validadas o no. Otro espacio de encuentro y socialización disponible a la comunidad es la taberna. Pero, a diferencia de la iglesia, éste es un espacio ocupado exclusivamente por hombres, mientras que las mujeres esperan afuera. Sin embargo, ante la mirada de sorpresa de los parroquianos, Antonia, acompañada de Danielle, entra a la taberna y pide un trago, en un acto simbólico de recuperación de un espacio comunitario. Más aún, Antonia no se amilana ante las exhibiciones de machismo del granjero Daan, mientras que Danielle bosteza con inocente falta de interés ante las ofertas matrimoniales del granjero.


La propietaria de la taberna es la rusa Olga, a quien no se le conoce familia ni antecedentes. Esta magnífica mujer es, además, a la vez partera y funeraria, encarnando la vida y la muerte en una sola persona, en un ciclo continuo e indivisible. Este concepto de la vida y la muerte como parte de un ciclo continuo es una de las constantes de la película y le da un ritmo asociado a la fuerza ineludible de los ciclos de la naturaleza.
En contraposición, otro tema transversal de la película es el de la violencia. Por un lado, su ubicación en el período de post-guerra, nos remite a recuerdos de violencia sistemática y masiva, pero la película se limita a hacer breves alusiones a ella, quedando como telón de fondo sobre el cual se proyectan otras formas de violencia.

La narradora resume y nos alerta sobre la violencia de género que predomina en algunos nichos de este microcosmo diciendo: “Las voces de los hombres atropellaban el silencio de las mujeres”. Llevada al extremo, la violencia de género se manifiesta en la violación incestuosa de una joven discapacitada por su propio hermano y, más adelante, la violación de una niña.



Hemos mencionado también la violencia de una iglesia deshumanizada, que hace valer un dogma por encima de la buena voluntad de un ser humano al proteger a otro que se encuentra desvalido y por encima del amor puro entre dos personas de diferentes religiones.
El suicidio de Dedo Torcido, el filósofo nihilista que nunca creyó que un día todo podría mejorar, nos habla de otro tipo de violencia. La desilusión y desesperanza extrema de Dedo Torcido lo lleva a la conclusión de que lo segundo mejor a no nacer es no seguir viviendo. La actitud de Antonia y su círculo familiar ampliado es marcadamente diferente a la de Dedo Torcido. Luego de una sucesión de desgracias y muertes trágicas, Antonia le dice a Deedee, “…no hay nada que hacer. Hay que vivir la vida”. Para ellas, la fuerza de la vida se impone, pues, “La vida quiere vivir”.
Memorias de Antonia constituye, sobre todo, un argumento a favor de una mirada y una voz femeninas hacia las relaciones de género y la vida misma. Como dice Sellery, “A través de una mirada femenina omnipresente, estas mujeres, cuyas experiencias difieren en edad, educación y orientación sexual, perturban las expectativas masculinas tradicionales de la mujer como centro silencioso de su universo”.3

Perturban también el discurso cinematográfico tradicional, dominado por los hombres. Lejos de enfocarse en la opresión, sumisión o silencio de las mujeres, la película nos muestra a Antonia y Danielle ejerciendo poder sobre sus propios cuerpos, mentes y espíritus, para luego ayudar a otras y otros a recuperar y usar sus propios poderes.

Este argumento a favor de una mirada y voz femeninas, también fue extendido simbólicamente por la directora a la mirada espectatorial: en un acto claramente reivindicativo, sólo permitió la presencia de mujeres en el estreno de Memorias de Antonia en el Festival de Cannes.4



Nelly Jitsuya



Notas:
1 Achitenei, María. “El realismo mágico. Conceptos, rasgos, principios y métodos”, en:
http://www.babab.com/no29/realismo_magico.php
2 Ibid.
3 Sellery, J'Nan Morse. “Women's communities and the magical realist gaze of Antonia's Line”, en: West Virginia University Philological Papers, West Virginia University, Department of Foreign Languages, 22 de setiembre del 2001.
4 Stone, Alan. “Antonia’s Line reimagines life, after patriarchy”, Boston Review, verano de 1996.
Nelly Jitsuya: Diseñó y participó en el proyecto “Representaciones de las lesbianas, mujeres bisexuales y trans en el cine”, desarrollado en Lima en el 2005/2006. Ha publicado artículos sobre diversidad sexual en Perú, Chile, Ecuador, Uruguay y Canadá. Se dedica a la traducción y edición de textos.


Memorias de Antonia
Holanda/Bélgica/Reino Unido, 1985
Dirección: Marleen Gorris
Producción: Hans De Weers, Antonino Lombardo, Judy Counihan
Guión: Marleen Gorris
Reparto: Willeke Van Ammelrooy (Antonia), Els Dottermans (Danielle), Thyrza Ravesteijn (Sarah), Dora Van Der Groen (Allegonde), Marina De Graaf (Deedee), Veerle van Overloop (Thérèse), Esther Vriesendorp (Thérèse, 13), Carolien Spoor (Thérèse, 6), Mil Seghers (Dedo Torcido), Elsie de Brauw (Lara), Jan Decleir (granjero Bas), Fran Waller Zeper (Olga), Reinout Bussemaker (Simon), Jan Steep (Lippen Willem), Catherine ten Bruggencate (Loca Madona), Paul Kooij (Protestante), Leo Hogenboom (el cura del pueblo), Wimie Wilhelm (Letta), Filip Peeters (Pitte), Jacob Bek (granjero Daan)