LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Saturday, December 29, 2012

CUALQUIER CINE, CUALQUIER MES. BALANCE 2012. POR FERNANDO VÍLCHEZ.





Cualquier cine, cualquier mes


Muchas son las personas que uno puede conocer en un año, sea por compromiso, por curiosidad, por accidente o por simple desidia. Pocas serán con las que se logre cultivar una relación rodeada de complicidad, entrega y hasta devoción, relación surgida gracias a las obras, relatos, libros, discursos, fotografías, composiciones, posts, vídeos, tweets de esas personas.

Me gustaría pensar que así es nuestra relación con las películas. Que aterrizan en nosotros a veces por búsqueda y a veces por error, a través de un festival generoso o de un torrent impensado, dentro de una ruidosa sala multicine o en nuestra silenciosa habitación de madrugada, habitación iluminada únicamente por el brillo de laptops que se recalientan sobre las sábanas.

Pero en gran medida esto no es cierto. A tal punto que a continuación anoto algo que ya todos saben pero merece repetirse, sobre todo a fin de año (o como indicaba Washington Delgado: «Ya todo está dicho pero como nadie escucha, hay que decirlo de nuevo»):

La cartelera peruana es de las más pobres del planeta.

Todas las películas que llegan a salas peruanas vienen teledirigidas por una industria monopólica que se nos vende como arte/magia/entretenimiento. TODAS las películas. Incluso las más “raras”. Incluso los estrenos nacionales. Incluso los estrenos más anónimos son cifras que la industria maneja como mal necesario, como jugador suplente. Y en Perú cada año esta condición se hace más evidente.

Basta pasar por cualquier cine en cualquier mes del año. Basta revisar las listas con “el top 10 del año” en los medios de comunicación o en webs de no pocos críticos, listas que solo son el eco triste y pasivo de un mercado que no tiene rival ni frenos en varios países.

Y luego, en medio de las centenas de películas olvidables que produce dicha Industria, hay un puñadito de obras que resulta que no están mal y entonces te tragas que eso es “Lo Mejor del Año”. Nos entierran en estiércol para luego emocionarnos al hallar un trozo de queso rancio.

Y celebramos, claro. Hacemos listas llenas de blockbuster legitimando así un pisoteo empresarial que un espectador poco curioso se puede permitir pero no un medio cinematográfico. No se puede celebrar un año que termina con multicines que, de nueve salas, seis van para EL HOBBIT, una para EL ORIGEN DE LOS GUARDIANES y las otras para TERROR EN SILENT HILL 2 y para AMANECER 2, esperadas secuelas, sin duda. El Perú se paraliza.




Próximos estrenos: GI JOE 2 El contraataque + Hansel y Gretel Cazadores de Brujas en 3D + Step Up 4 Revolución)



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Nuevos, inquietos nombres

Frente a este deprimente panorama, surgen algunas alternativas. Algunas individuales y dispersas, otras más orgánicas y prometedoras.

Entre las últimas está el Festival de Cine Lima Independiente, que en su segundo año ha tenido ocasión de mostrar -gratis y en cada vez más sedes en todo el país- un conjunto de películas de muy alta calidad, películas que podrían haberse programado tranquilamente en New York, Madrid o Buenos Aires.

Así, la cinefilia más curiosa de Perú ha podido ver películas de jóvenes cineastas como Daniel Schmidt, Gastón Solnicki o Ion de Sosa. Se han proyectado las últimas obras de Raya Martin, Raúl Perrone, Andrés di Tella o José Luis Torres Leiva. También ha sido oportunidad de revisar muchos trabajos de Saul Levine y Ken Jacobs. Se ha podido dar una mirada al cine español contemporáneo más inquietante y más subversivo: las películas de Andrés Duque, de Sergi Caballero y de Lluís Galter, sin olvidar el foco dedicado al importante Colectivo Los Hijos.

Somos muchos los que siempre hemos anhelado en Perú espacios como Lima Independiente. Estacionados entre el más perverso monopolio y centros culturales que siguen homenajeando a Subiela, Lima Independiente se convierte en un evento hermoso y necesario. Para que esto siga avanzando, los cinéfilos peruanos deben ahora exigir una mejor programación, cada año, cada edición.

Ojalá aparezcan más iniciativas semejantes. Ojalá que las existentes confluyan hacia un movimiento fuerte y coordinado, entre ellas y las instituciones culturales del país.

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Poesía y urgencia

Estas son las películas que, a nivel personal, se convirtieron en experiencias eufóricas durante el año:



                                                                           Tabú


- QU´ILS REPOSENT EN RÉVOLTE (DES FIGURES DE GUERRE), de Sylvain George.
- TABÚ, de Miguel Gomes.
- ENSAYO FINAL PARA UTOPÍA, de Andrés Duque.
- A ULTIMA VEZ QUE VI MACAU, de João Pedro Rodrigues y João Rui Guerra da Mata.
- THE INVADER, de Nicolas Provost.
- LEVIATHAN, de Véréna Paravel y Lucien Castaing-Taylor.
- SPRINGTIME, de Jeroen Elsinga.
- HOLY MOTORS, de Leos Carax.
- INVISIBLE, de Víctor Iriarte.
- THE DEEP BLUE SEA, de Terence Davies.
- BERBERIAN SOUND STUDIO, de Peter Strickland.
- PAPIROSEN, de Gastón Solnicki.
- MOONRISE KINGDOM, de Wes Anderson.
- ONCE UPON A TIME IN ANATOLIA, de Nuri Bilge Ceylan.
- COSMOPOLIS, de David Cronenberg.

Con optimismo esperamos que algunas de esas películas (exceptuando la de Wes Anderson que sí pudo estrenarse en Lima), lleguen a Perú el 2013.

En cuanto a la “cartelera comercial”, películas que pasaron por salas:
- A SEPARATION, de Ashgar Farhadi
- TOURNÉE, de Mathieu Amalric
- DRIVE, de Nicholas Winding Refn
- LA PIEL QUE HABITO, de Pedro Almodóvar

El descubrimiento del año: la filmografía entera de Sylvain George, gracias al Seminario organizado por el Festival Punto de Vista este año. Muy pocas son las veces que uno tiene la suerte de toparse con películas creadas desde la humildad y el corazón, estructuradas desde la obsesión y la metáfora, expresadas desde la poesía y la urgencia. La fragilidad en los rostros de los inmigrantes de Calais como fortaleza de un cine que escarba rabiosamente en la condición humana. El lirismo como respuesta a la codificación de ese “otro” que no queremos ver, al que no le damos voz.






Mención especial para el propio Punto de Vista: a pesar del difícil contexto económico en España, donde las iniciativas culturales sufren los principales recortes, el Festival resurgió como seminario, mantuvo su actitud de descubrimiento y difusión del documental, ofreció clases magistrales y proyecciones fantásticas (con ENSAYO FINAL PARA UTOPÍA, la película sorpresa del Seminario, como momento cumbre) y todo envuelto en un espíritu de hermandad que va más allá de la camaradería, hermandad creativa y militante que es solo un reflejo del gran momento que vive la cinematografía española de vanguardia.

*

«Respuesta: las ideas»

De lo apreciado sobre material peruano, el balance cinematográfico arroja ciertos resultados gratos y algunos otros que trascienden el área artístico para situarlo en terrenos malolientes.

No hubo una película nacional completamente destacada, pero sí rasgos que alimentan un leve optimismo. Y más que películas, momentos. El cine peruano ha tenido momentos excepcionales. Hablaré de un empate técnico:

La mejor escena del año aparece casi al final del documental LIMA BRUJA, cuando asistimos a una jarana en Barrios Altos y los músicos empiezan a cantar el vals “María”. Mientras uno de los músicos ilumina la pantalla con su sonrisa, su hermano menor rompe en llanto mientras aplaude. Dolor, alegría y un vals. Es decir, asistimos al histórico nacimiento de un criollo peruano.





La otra escena a mencionar aparece en otro ¿documental? llamado EL EPITAFIO NO ME IMPORTA, de Alberto Angulo: el propio Angulo hablando profusamente a la cámara mientras una adolescente le hace muecas desde atrás, durante diez minutos, sin cortes. Una película errática, llena de humor involuntario, pero con una escena con más fuerza y vida que otras veinte películas nacionales.





En los cortometrajes hay que mencionar los nombres de Julio O. Ramos y su DETRÁS DEL ESPEJO, que ha venido arrasando -con justicia- tantos premios de ficción como festivales ha tenido al frente; los trabajos que vienen realizando Gabriel Carcelén y Diego Zavaleta, en documental y ¿ficción? respectivamente; y los cortos tan alegres y descarados de Tilsa Otta, una voluntad constante de búsqueda y juego que resulta un aire fresco en la videocreación peruana.

En la llamada “cartelera comercial”, lo más destacado vino con el estreno de CIELO OSCURO, de Joel Calero. Detrás están LIMA 13, de Fabrizio Aguilar y luego CASADENTRO, de Joanna Lombardi. Las sorpresas vinieron con el feliz desempeño de Lucho Cáceres, Mariella Zanetti y Ubaldo Huamán en las dos primeras películas. Muy altos momentos para Cáceres y Huamán. Grata sorpresa. De otro lado, no deja de ser curioso que sean tres actores aparecidos en el menospreciado mundo de la comedia televisiva lo más resaltante en la actuación nacional.

Pero de esto la prensa cinematográfica no habla. Solo se dedica a debatir por la taquilla y la taquilla y la taquilla, y cuántos millones ha hecho la Industria y cuántos miles han hecho las películas peruanas y por qué la gente va, y por qué no va, y qué hemos hecho señor para merecer esto. Penoso.

Inserto aquí las palabras iniciales de LA HISTORIA DEL CINE, de Mark Cousins, palabras rescatadas por Jordi Costa para este gran artículo publicado no hace mucho:

“A finales del siglo XIX surgió una nueva forma de arte. Se parecía a nuestros sueños. La industria del cine mueve ahora miles de millones de dólares, pero lo que la mueve no es la taquilla o el show business, sino la pasión, la innovación. (…) Hablan tanto de taquillas que nos han hecho pensar que el dinero es lo que mueve a las películas. Venta de entradas, marketing, glamour, estrenos, alfombras rojas… Pero no va de eso. El dinero no crea las películas. Los que ponen el dinero no conocen los secretos del corazón o el resplandor de las películas. Pero, si no es el dinero el que crea las películas, ¿qué lo hace? Esta es la respuesta: las ideas.”

Gran momento para repensar estas palabras, cuando a lo largo del año el dinero parece ser el único tema de interés y discusión en nuestro cine.

Y, más desagradable que el dinero, la angurria y la roñería de cineastas “consagrados” que pierden concursos nacionales y luego reclaman abiertamente que se veten jurados, que se rehagan esos concursos, que les den “su” dinero. Estas personas han creado horribles precedentes institucionales y terminan siendo el peor ejemplo de los jóvenes cineastas que hacen sus proyectos con titánico esfuerzo y que compiten limpiamente sin secretismos y sin apelar al compadrazgo y la criollada.

Ese cine de la Industria, del monopolio, del regateo de dinero, de los presupuestos inflados, del arreglo bajo la mesa... eso no es cine, es mero negocio. Y negocio del malo, pues hasta los negocios atractivos, para ser exitosos, arriesgan.

Son tiempos vitales para la reinvención artística, para la búsqueda de alternativas en la producción y distribución de películas, para hacer un cambio fundamental en las reglas de lo establecido. El 2013 llegará con películas peruanas que se han sacudido del apolillamiento habitual: EL LIMPIADOR, de Adrián Saba, EL ESPACIO ENTRE LAS COSAS, de Raúl del Busto, CHICAMA, de Omar Forero (y más documentales, más cortos, más videoarte), obras que podrán gustar o no pero que han apostado por un riesgo personal que va creciendo en nuestro país.

Por eso, a pesar de ser un año con momentos escabrosos, el futuro nos reta y nos entusiasma a la vez.

*

I´m against knowing secrets

Termino copiando unas líneas que pude leer al presentar unos mini ciclos de Chris Marker en Cusco y en Chiclayo, frente a un público que entraba sin saber qué encontrar, pero con un ánimo muy despierto, curioso y lleno de ganas de debatir.




Chris Marker murió el 29 de Junio de este año y ese fue un día muy triste para muchos de nosotros. Nuestra cinefilia sufrió un golpe inesperado. No porque Chris Marker haya sido nuestro cineasta favorito. No porque sea él de quien más películas hemos visto. Aún nos faltan muchas obras suyas por descubrir y, además, el mismo Marker sería el primero en desanimarnos de cualquier afán nuestro para colocarlo en algún parnaso de cineastas célebres, pues él es el cineasta invisible, el que no quiso libros dedicados a su obra, el que no quiso publicidad, el que ni siquiera quiso firmar con su nombre.

Es más, como Salinger, Chris Marker no quiso nunca ser fotografiado. Y, como Salinger también, es alguien a quien dan ganas de llamar por teléfono para conversar apenas terminas una de sus obras, pues no es su trabajo la obra de un “gran artista” sino de un amigo que se autorretrata en cada uno de sus trabajos, y la voz en off de sus películas se te vuelve muy familiar, muy cercana, aunque él nunca haya usado su voz real. Como un viejo padrino de la infancia, Chris Marker está y a la vez no está.

Era el fantasma más escurridizo del cine. No se llamaba ni Chris ni Marker, era solo un seudónimo. No se sabe dónde nació, aunque los parisinos lo reclaman. Apenas ha dado un puñado de entrevistas a lo largo de su vida. Fue siempre inaprensible. Nunca se quedó quieto. Cuando lo empezaron a conocer por sus películas en celuloide él ya hace rato que había pasado al vídeo, y cuando buscabas sus obras de vídeo en la televisión él ya exhibía en galerías, y cuando lo buscabas ahí él ya había construido un CD ROM en su web con nuevos trabajos (y sin usar su nombre, apenas la imagen de un gato, su alter ego), y cuando ibas a su web, él ya había creado su canal de YouTube (bajo otro seudónimo: Kosinski) y cuando dices “ya tiene más de ochenta años, ya no se me va a escapar” resulta que aparece y se pone a grabar (y a apoyar) el OccupyWallStreet y a los estudiantes chilenos.

Este pequeño ciclo que empieza hoy no intenta desvelar ningún misterio sobre ese gran desconocido que es Chris Marker. No daremos más información de la que se pueda rastrear sobre él. No habrá datos extras sobre él. Una de sus frases que aparece en la película SILENT MOVIE dice: “I´m against knowing secrets”, “estoy en contra de conocer los secretos”. Mejor así. Como entrar al cine sin saber qué vas a ver. Marker sabía que la evasión era hermosa.

Quizás esa evasión, esos enigmas que ha creado sobre sí mismo, sea el motor de su cine y es lo que nos interesa ahora. Que otros de su generación se queden con la gloria. Él (junto a sus grandes amigos Agnes Varda y Alain Resnais) no nos va a reclamar panegíricos ni dedicatorias célebres. A él le damos este pequeño homenaje de la única manera que se le puede dar a un cineasta que hasta los 91 años salía a la calle con su camarita para grabar a jóvenes y a gatos, el homenaje que significa ver sus películas y soñar con terminar así nuestras vidas.


Fernando Vilchez Rodríguez




3 Comments:

  • At 3:50 PM, Anonymous medatea said…

    Tienes mucha razon y es una gran verdad , Muchas veces ir al cine es un dolor de cabeza , Un ejemplo la pelicula "Ted" Solo estuvo en cartelera menos de un mes y en un horario que las personas no pueden ir

    Es una gran verdad en el cine tambien hay un monopolio

     
  • At 12:29 PM, Anonymous Carlos said…

    No sé porque pones como ejemplo de tanque hollywoodense a "El hobbit", una de las MEJORES PELÍCULAS estrenadas el 2012 en el Perú. Lo terrible es cuando las salas son copadas por basuras como la saga (¿?) de "Crepúsculo" y mediocridades similares.

     
  • At 9:04 AM, Anonymous Anonymous said…

    ¿EL HOBBIT no es un tanque de Hollywood? WTF!!!

     

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